Infecciones Respiratorias en Niños Durante el Invierno: ¿Qué Señales Observar?





El invierno trae consigo bajas temperaturas y un aumento en las infecciones respiratorias en los niños. Virus como el de la gripe, el resfriado común y el virus sincitial respiratorio (VSR) son los principales responsables de estas enfermedades, que pueden variar desde cuadros leves hasta situaciones más complicadas. Reconocer los síntomas a tiempo es fundamental para cuidar la salud de los más pequeños.

Las infecciones respiratorias suelen comenzar con síntomas generales como congestión nasal, tos y fiebre. La fiebre, en particular, es uno de los signos más comunes y a la vez más preocupantes para los cuidadores. En los bebés menores de 3 meses, cualquier fiebre que supere los 38 °C debe considerarse una señal de alerta, ya que su sistema inmunológico aún está en desarrollo. En niños más grandes, si la fiebre sobrepasa los 39 °C, se prolonga por más de tres días, o no cede con medidas habituales como hidratación y medicamentos antipiréticos, es importante acudir al médico.

La fiebre no solo indica la presencia de una infección, sino que también puede ir acompañada de otros síntomas como sudoración, escalofríos o cansancio extremo. Aunque la fiebre es una respuesta del cuerpo para combatir los virus, su persistencia o la aparición de otros signos, como somnolencia excesiva o dificultad para despertar al niño, son razones para buscar atención médica de inmediato.

Otro síntoma que puede preocupar es la dificultad respiratoria. Esto puede manifestarse de diferentes maneras, como respiración acelerada, esfuerzo visible al respirar o un sonido silbante (sibilancia) al exhalar. En casos más severos, se puede notar que la piel del niño entre las costillas o debajo del pecho se hunde con cada respiración, lo que indica un esfuerzo adicional para inhalar aire.

Un signo especialmente alarmante es el cambio de color en la piel. Si los labios o las uñas del niño adquieren un tono azulado, significa que no está recibiendo suficiente oxígeno, y esto requiere atención médica inmediata. Aunque no todos los casos de dificultad respiratoria son graves, es esencial observar cómo evoluciona la respiración del niño, especialmente durante la noche o después de realizar alguna actividad física ligera.

Además de la fiebre y la dificultad para respirar, otros síntomas como la tos persistente, el malestar general y la falta de apetito son comunes en las infecciones respiratorias de invierno. Es importante monitorear al niño y estar atentos a cualquier cambio significativo en su comportamiento o en la gravedad de los síntomas.

En cuanto a la prevención, es crucial mantener prácticas saludables como el lavado frecuente de manos, evitar el contacto cercano con personas enfermas y asegurarse de que el calendario de vacunas esté actualizado. Estas medidas pueden marcar la diferencia en la protección de los niños frente a los virus invernales.

Referencias

Enfermedades de invierno comunes en los niños - Children’s Health
Virus respiratorios y niños pequeños | Enfermedades respiratorias | CDC

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